La administración de Lili Campos Miranda ha entregado diversos permisos en la opacidad, para nuevos desarrollos, gasolineras, y hasta para comenzar a cobrar por estacionamientos, sin que estos hayan sido aplicados todavía, sino para que queden como “bombas de tiempo” para el futuro gobierno.
Un caso de estos permisos “fantasmas” es el otorgado en favor de Walmart para que instalen plumas en su sucursal del centro de la ciudad.
Las plumas fueron instaladas en este supermercado en agosto de 2022, pero de inmediato fueron clausuradas por el ayuntamiento, con el argumento de que carecían de permiso.
Cabe destacar que decenas de ciudadanos usan ese estacionamiento a diario y que la aplicación de un cobro sería una medida muy poco popular.
Pero la realidad es que Walmart sí recibió un permiso firmado por Tesorería, confirmó en entrevista el síndico municipal, Adrián Pérez Vera, quien señaló que hasta ahora se desconoce las circunstancias de este permiso o incluso quién lo firmó.
Cabe destacar que en agosto del año pasado fue cuando Lili Campos impuso a su ex esposo Pedro Escobedo Vázquez, como tesorero municipal. Él apenas duró unos meses, pues en su lugar quedó la ex diputada Kira Iris, pero todo indica que no desperdició tiempo, y que así como autorizó este cobro, firmó muchos otros documentos.
No es el único caso. Fue sonada la abrupta renuncia de Rocío Beltrán Sánchez como secretaria de Desarrollo Urbano, apenas días después que presuntamente firmara un permiso para la construcción de 2 mil viviendas en favor de Atta Homes. Similares permisos existen para Cadu, en una zona de la invasión Las Torres que ahora pretenden desalojar, y para lo que era un área verde en Playacar.
Esto, pese a que la red eléctrica de la ciudad ya no aguanta más desarrollos, como los constantes apagones lo han demostrado.
Por si fuera poco, fue solo la protesta ciudadana la que frenó la construcción de una gasolinera junto a una escuela, también por un permiso “misterioso” que luego las autoridades fingen desconocer.
Todo apunta a que estos permisos, productos de la corrupción, son dados a escondidas a diversos actores para darles derechos adquiridos. Será hasta el cambio de gobierno cuando estas personas comiencen con sus construcciones, sin que las nuevas autoridades puedan hacer mucho, ya que si intentan frenarlos, arriesgan demandas.
No por nada, Lili Campos dejó a la Contraloría sin un titular por cerca de un año, con lo que evitó que pudieran investigarse acciones internas, como la expedición de permisos.
Los playenses pronto podrían pagar el precio de estas “bombas de tiempo”, si no son detenidas de raíz, antes de que Lili Campos se vaya.
