Más que una celebración, la inscripción de Lili Campos como candidata por reelección pareció un funeral. En el evento, desde al multitud se escuchaban algunos gritos de “Lili, Lili” y los aplausos y vitoreos de costumbre, pero de no ser por la batucada contratada, en la sede del PAN habría reinado el silencio.
La mayoría de los asistentes que se congregaron en la calle afuera de estas oficinas, en la colonia Ejidal, lucían tristes y de brazos cruzados, en espera del momento en que les pidieran ondear banderas y gritar consignas para las fotografías y videos. Esto, porque estaban allí “invitados a la fuerza”.
En el lugar, abundaban los rostros conocidos. Se trataba de los mismos trabajadores del Ayuntamiento de Solidaridad que ya antes fueron obligados a acudir a la visita de Xóchitl Gálvez y antes de eso a otros eventos partidistas de la presidente municipal.
Con fastidio, burócratas de distintas áreas como Tesorería Municipal, Catastro, Secretaría General, DIF, Desarrollo Social, Participación Ciudadana y también los de trabajadores de Servicios Públicos debieron enfundarse una camisa azul y fingir alegría durante una hora, para ocultar la falta de convocatoria quien tiene Lili Campos, quien figura más de 20 puntos por debajo de la coalición de Morena en las encuestas.
Varios de los presentes confesaron que sus directores de áreas pasan lista, pues los tienen amenazados de aplicarles un acta administrativa a quien no acuda.
Después de escuchar las palabras de la presidenta, y soltar algunos más gritos de “Lili, Lili”, una gran parte de estas personas se retiraron casi de inmediato, pues los esperaban sus familias y lo que menos deseaban era seguir perdiendo tiempo en este evento desangelado.
Lo mismo pudo verse en las dos visitas que efectuó Xóchitl Gálvez, quien vio cómo se esfumó la asistencia a sus mítines, en cuanto dejó de hablar.
